España y el PSOE: el tiempo de los mejores
Antonio Gutiérrez Limones Hay una cita de Cesare Pavese que viene a mi memoria siempre que enfrento una situación difícil. Dice así: "De todo lo que me pasa la culpa la tengo yo". Sé que no es cierto. Muchas veces somos víctimas de comportamientos ajenos o, simplemente, de la mala suerte. Lo que la cita recuerda es que lo único que está en mi mano es lo que yo puedo hacer: responder con integridad y esforzarme por ser mejor la próxima vez.
Ante los adversos resultados obtenidos por el PSOE en las elecciones del 22 de mayo, no hay ni excusas, ni culpables. Y lo escribe un alcalde que ha contado con el respaldo de la mayoría absoluta de sus electores.
La crisis económica, el descontento, no son los únicos factores explicativos; han afectado significativamente, por supuesto, pero no son la única causa. O, al menos, en algunas localidades lo han sido en menor medida que en otras. Cada cual debería preguntarse por lo que pudo haber hecho mejor, no por lo que otros hicieron mal, es la única forma de dar una respuesta útil a sus comunidades. Excusarse con los "problemas nacionales" equivale a confesar que, en el pasado, nuestro único mérito fue ir en las listas cuando las expectativas eran favorables.
Pasemos página, el reto es otro. Los socialistas tenemos un candidato con credibilidad y con capacidad: Alfredo Pérez Rubalcaba. No perderé una línea en añadir halagos innecesarios a quien ni los necesita ni los requiere. Pero sí añadiré que nuestro candidato necesita el mejor equipo para convencer a los ciudadanos de nuestra solvencia.
Necesitábamos un candidato que ya tenemos y renovar un programa que hemos de elaborar. En estos momentos de reflexión expondré seis ideas que pueden contribuir a su elaboración:
1. Tenemos que ser el partido del crecimiento económico; no podemos aparecer ante la opinión pública, únicamente, como el partido de la redistribución. Hemos confundido, demasiadas veces, política con gestión y gestión con gasto. Gastar un 20% más en una política pública no es necesariamente un acierto. Fijar las metas que han de alcanzarse para resolver un problema social no es un problema de dinero, es un problema de diagnóstico.
2. Hacer lo que tenemos que hacer, no lo que saben hacer las administraciones. Debemos estar comprometidos con la realidad, incorporar los problemas de las personas a la agenda del gobierno. Eso exige capacidad de escucha y voluntad de abordar, sean o no urgentes, problemas que todos sabemos que existen. La situación de las hipotecas exige de una respuesta. Que la población envejece, por ejemplo, es algo que todo el mundo ha estudiado hace muchos años. Los viejos cálculos, la vieja política, tienden a no enfrentar situaciones de riesgo más que cuando los síntomas se han hecho evidentes. No es una forma adecuada de proceder: hay que afrontar lo que debe ser afrontado.
3. El mejor Partido Socialista, la mejor España, es "la España en positivo". Un partido y un país capaces de proponerse políticas que identifiquen objetivos, apoyos, recursos y resultados. Un proyecto que movilice todas las energías de las que somos capaces como comunidad.
4. Para ganar hemos de seleccionar a los mejores. Hemos sido capaces de proponer al mejor y debemos seguir apostando por los mejores: aquellos que por su gestión y por su cercanía han revalidado la confianza que merecen a sus comunidades.
5. Nos sumamos a los proyectos, no a las descalificaciones. Amenazar con la llegada de "la derecha" no es solución a nada y oculta, además, nuestra responsabilidad por haber desguarnecido las defensas. El problema no es que lleguen los malos sino cuándo vamos a llegar los buenos.
Quienes se centran en resaltar la disparidad de razones por las que muchos votantes socialistas se han abstenido o han votado a otras opciones incurren en un olvido: nuestro trabajo consiste en promover un consenso social básico que mejore las posibilidades y el nivel de vida de la mayoría, no en identificar disparidades. Además, siempre es posible compartir supuestos vitales aunque no se compartan los ideológicos.
Construir mayorías: eso es lo que se espera de nosotros. Es algo que ya hemos hecho en otros momentos de la historia de España, es lo que dice la Constitución que son los partidos, es lo que tenemos que hacer.
6. Unidad. Es un requisito imprescindible. En el pasado Comité Federal hemos logrado alcanzarla. La sociedad no merece nuestra división, precisa de nuestra fuerza. Porque juntos somos más y somos mejores.
De nuestro acierto, de nuestro trabajo, dependerá nuestro destino. La única mirada que merece la pena es la que se dirige al horizonte.
Ante los adversos resultados obtenidos por el PSOE en las elecciones del 22 de mayo, no hay ni excusas, ni culpables. Y lo escribe un alcalde que ha contado con el respaldo de la mayoría absoluta de sus electores.
La crisis económica, el descontento, no son los únicos factores explicativos; han afectado significativamente, por supuesto, pero no son la única causa. O, al menos, en algunas localidades lo han sido en menor medida que en otras. Cada cual debería preguntarse por lo que pudo haber hecho mejor, no por lo que otros hicieron mal, es la única forma de dar una respuesta útil a sus comunidades. Excusarse con los "problemas nacionales" equivale a confesar que, en el pasado, nuestro único mérito fue ir en las listas cuando las expectativas eran favorables.
Pasemos página, el reto es otro. Los socialistas tenemos un candidato con credibilidad y con capacidad: Alfredo Pérez Rubalcaba. No perderé una línea en añadir halagos innecesarios a quien ni los necesita ni los requiere. Pero sí añadiré que nuestro candidato necesita el mejor equipo para convencer a los ciudadanos de nuestra solvencia.
Necesitábamos un candidato que ya tenemos y renovar un programa que hemos de elaborar. En estos momentos de reflexión expondré seis ideas que pueden contribuir a su elaboración:
1. Tenemos que ser el partido del crecimiento económico; no podemos aparecer ante la opinión pública, únicamente, como el partido de la redistribución. Hemos confundido, demasiadas veces, política con gestión y gestión con gasto. Gastar un 20% más en una política pública no es necesariamente un acierto. Fijar las metas que han de alcanzarse para resolver un problema social no es un problema de dinero, es un problema de diagnóstico.
2. Hacer lo que tenemos que hacer, no lo que saben hacer las administraciones. Debemos estar comprometidos con la realidad, incorporar los problemas de las personas a la agenda del gobierno. Eso exige capacidad de escucha y voluntad de abordar, sean o no urgentes, problemas que todos sabemos que existen. La situación de las hipotecas exige de una respuesta. Que la población envejece, por ejemplo, es algo que todo el mundo ha estudiado hace muchos años. Los viejos cálculos, la vieja política, tienden a no enfrentar situaciones de riesgo más que cuando los síntomas se han hecho evidentes. No es una forma adecuada de proceder: hay que afrontar lo que debe ser afrontado.
3. El mejor Partido Socialista, la mejor España, es "la España en positivo". Un partido y un país capaces de proponerse políticas que identifiquen objetivos, apoyos, recursos y resultados. Un proyecto que movilice todas las energías de las que somos capaces como comunidad.
4. Para ganar hemos de seleccionar a los mejores. Hemos sido capaces de proponer al mejor y debemos seguir apostando por los mejores: aquellos que por su gestión y por su cercanía han revalidado la confianza que merecen a sus comunidades.
5. Nos sumamos a los proyectos, no a las descalificaciones. Amenazar con la llegada de "la derecha" no es solución a nada y oculta, además, nuestra responsabilidad por haber desguarnecido las defensas. El problema no es que lleguen los malos sino cuándo vamos a llegar los buenos.
Quienes se centran en resaltar la disparidad de razones por las que muchos votantes socialistas se han abstenido o han votado a otras opciones incurren en un olvido: nuestro trabajo consiste en promover un consenso social básico que mejore las posibilidades y el nivel de vida de la mayoría, no en identificar disparidades. Además, siempre es posible compartir supuestos vitales aunque no se compartan los ideológicos.
Construir mayorías: eso es lo que se espera de nosotros. Es algo que ya hemos hecho en otros momentos de la historia de España, es lo que dice la Constitución que son los partidos, es lo que tenemos que hacer.
6. Unidad. Es un requisito imprescindible. En el pasado Comité Federal hemos logrado alcanzarla. La sociedad no merece nuestra división, precisa de nuestra fuerza. Porque juntos somos más y somos mejores.
De nuestro acierto, de nuestro trabajo, dependerá nuestro destino. La única mirada que merece la pena es la que se dirige al horizonte.
Me parece magnífico el artículo aunque yo no soy votante de ese partido pero este señor ha demostrado tener altas mira.
este señor lo que ha demostrado es ser un arrogante, porque queriendo aparecer como moderado, lo que hace es enfatizar más el discurso entre unos y otros, entre malos y buenos, obviando y olvidando la responsabilidad que los gestores de su partido tienen en la debacle de nuestro país. Ésos que él llama los mejores son los que hace tres años apoyaban a Zapatero y ¿ahora nos habla de ser el partido del crecimiento económico? PArece de risa.
Alcalá es un pueblo muy especial y su alcalde lo sabe, por eso se pone en la palestra del "cambio" apoyando a un candidato que desde hace años impone su ley en el seno del partido socialista. Él mismo se cree con la verdad y se pone en el equipo de los mejores, cuando ni posee la verdad ni es de los mejores.
Tomareño y alcalareño; creo que no has leido bien al artículo. Leelo por favor otra vez y sobre todo, mira hacia adelante
Este señor es un cara todo el día en el senado, y coloca en el ayuntamiento a personas incapaces. Y a mi alcalá lo ha bajado a tercera por estrenar el campo en campaña
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